Hoy, finalizando el invierno del año 2024, tenemos fascistas como fuerza política oficialista.
Dirá el obtuso de turno: “Ay, no, dejen de decirle fascista a todo lo que no les gusta porque diluyen el peso de la palabra”.
No, pedazo de iliterato, no. No hay ningún tipo de banalización sino todo el peso de la epistemología de las ciencias sociales sosteniendo el argumento. El objetivo de este artículo es desarrollar toda la evidencia y resumirla para que no tengas que bucear infinitas páginas de historia moderna, sociología o antropología social y cultural.
Dirá también el obtuso de turno: “No somos fascistas, ustedes los zurdos son fascistas porque nacionalsocialismo y coso”.
Leer quita lo bruto, así que si podés superar por un momento tu bibliofobia, mi queridon’t libertario, entrale fuerte a este texto, porque tenés que desasnarte. Si efectivamente defendés los valores de la libertad, al terminarlo vas a quemar esa bandera esclavista que tanto besás y vas a maldecir el voto que pusiste en la urna el año pasado. Si no te genera ese impulso inmediato, bueno, será que sos clínicamente estúpido o genuino nazi, solo que (como bien dice Aya Cash a través de su personaje Stormfront en The Boys) no te gusta que te llamen así.
La bibliografía articulada se constituye de El fascismo eterno/Ur-fascismo (1995) de Umberto Eco, De alemanes a nazis (2006) de Peter Fritzsche, y La historia como campo de batalla (2012) + Las nuevas caras de la derecha (2018) de Enzo Traverso.
Servite un té, un vasito de whiskey, o pedile a tu compañero de oficina que afloje un poco con el farmeo de cromos del sudoku hentai online y se cebe unos mates. Acomodate en la silla que arrancamo’.
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"El pie al que le concedieron el deseo de ser humano" (serigrafía y acrílico sobre lienzo) |
A través del capítulo “Fascismos” de su obra La historia…, Traverso nos acerca un excelente resumen sobre cómo se construye el fascismo en su proceso histórico y en contraste con otros totalitarismos.
El fascismo es, a la vez “revolución, ideología, visión del mundo y cultura (…) Una revolución, pues quería construir una sociedad nueva. Una ideología, porque había reformulado el nacionalismo desde una perspectiva que, tras haber rechazado al marxismo, se oponía tanto al conservadurismo como al liberalismo (…) Una visión del mundo, dado que inscribía su proyecto político en una visión de la historia (…) creando un hombre nuevo y presentándose como el destino providencial de la nación. Y una cultura, ya que quería transformar el imaginario colectivo, modificar los estilos de vida, suprimir cualquier división entre vida privada y pública (…) una revolución de derecha, cuyo motor social residía en las clases medias y cuya ambición era la construcción de una civilización nueva”.
Los elementos del conservadurismo clásico se disolvían en una matriz de sentido que resignificaba todos sus elementos para hacerlos resurgir con una connotación ilusoriamente moderna. Abandonaban el racionalismo para retomar el romanticismo, revitalizando lo nacional con esa melancolía del pasado ligado a la tierra que los alemanes llamaron sehnsucht (la nostalgia, el deseo del deseo). Esto se traducía en una exaltación de la virilidad, del cuerpo trabajado por sobre la mente que no debía tener trabajo alguno, la acción y el combate. Se definían antítesis para contrastar esos valores desde una alteridad peyorativa y subalterna: la mujer desde lo femenino, la homosexualidad desde lo perverso, el marxismo/anarquismo desde lo subversivo, los judíos y colonizados desde la amenaza foránea, los intelectuales desde la decadencia.
El fascismo es Dios, Patria y Familia, lema adoptado oficialmente por el Partido Nacional Fascista a partir de 1928. Dios, por una voluntad superior unificadora y legitimadora que ponga a la fé en lugar de la razón; Patria por un contexto físico que unifique desde la identidad y justifique la existencia de enemigos dentro de la foraneidad y la pluralidad; Familia, por un modelo de relaciones heterosexuales que legitime los roles definidos jerárquicos de subalternidad y obediencia.
El fascismo surgió en un contexto de banalización de la violencia inmediatamente posterior a la Primera Guerra Mundial, con líderes carismáticos que provenían del llano, del campo popular y no de linajes aristocráticos o políticos. La metodología de trinchera se fundió con el hacer política, dándole la ilusión a las masas de ser actores y no espectadores, evocando un proceso más próximo a la práctica de la fe que de la militancia.
Finalmente, el fascismo supo diferenciarse de otros totalitarismos como el soviético por romper el primero con la tradición de la ilustración, mientras que el segundo la heredó, la promovió y la superó. El fascismo concentró su revolución en lo cultural, moral, psicológico y político sin alterar el modelo económico capitalista, mientras que los soviets concentraron su revolución en lo económico y social.
Es Traverso quien logra identificar las estrategias del neofascismo, que entran en diálogo suplementario o contradictorio, dependiendo el caso, con sus fundacionales originales. Esto se verá más adelante.
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"La pastelera del tren fantasma" (serigrafía y acrílico sobre lienzo) |
¿Fascismo? ¿Estás seguro?
Sí, mi rey/reina/figura de autoridad preferida en caso de ser antimonarquista hasta para lo metafórico. Si bien cierta rama del trotskismo nacional (todo) y los socialdemócratas/liberales relativizan qué es fascista y por qué, la gente de bien se apoya en la historiografía y sociología para trabajar con categorías concretas. El buen Umberto, además de darnos una novela magnífica donde ficcionaliza un Borges en rol de villano por la amargura de no ponerla nunca, nos supo dar un ensayo muy preciso sobre la problemática fascista. Ya nos advertía a mediados de los noventa que el germen no se había extinguido y que pujaba por renovarse a través de significantes vacíos y gente incapaz de discernir.
A través de catorce puntos se sostiene el fascismo, nos dice el autor, que muchas veces se contradicen y otras tantas son directamente excluyentes entre sí porque no buscan formar un sistema, sino desarrollar una narrativa. Un movimiento puede contener todos, algunos o apenas uno de los puntos detallados a continuación para sedimentar las maneras del fascismo. Estos son:
01) Culto a la tradición
La verdad absoluta y definitiva, esa con la que sueñan los metafísicos, ya ha sido revelada en un tiempo pasado y no hay lugar alguno para saberes nuevos. Incluso en sociedades tan heterogéneas como la argentina, se busca una suerte de sincretismo que unifique todos los aportes e identidades culturales bajo un código milenario. Y si no se entiende o se contradice groseramente, bueno, seguro no la ves porque es una cuestión de interpretación de lo antiguo, lo tradicional, y de rechazo a lo moderno.
En el modelo libertario argentino, la identidad nacional se da mediante la tradición liberal de Alberdi (que era monarquista, así que permitime dudar), pero también la estatista de Roca y San Martín aunque desprecien el Estado, y todavía más inexplicable, mediante una retórica nacionalista vitoreando las bondades del siglo XIX meta poncho y boleadoras, pero reivindicando modelos anglosajones de colonialismo formal y rematando soberanía económica a variados intereses extranjeros. Una ensalada rusa que permite aunar elementos atractivos para diversas ideologías reaccionarias, maquillando las evidentes contradicciones. Nada de progresismo, nada de marxismo, nada de nada que pueda ser encasillado como nuevo y disruptivo contra lo tradicional.
Por esto es mucho muy importante que la vicepresidenta aparezca cada tanto con boina y bombachas gauchas manejando un tractor, o que el presidente se tome un mate en público a pesar de que no tenga idea de lo que es y esté convencido de que las bombillas son periscopios para pitufos caucásicos como Martín Tetaz.
02) Rechazo al modernismo
El fascismo celebra los avances tecnológicos como cualquier otra ideología. El progreso científico es fundamental y necesario en cuanto se supedita a los campos del oficio y técnica. Cualquier otro tipo de progreso es descartado, ya que los nuevos marcos teóricos posibles gracias a las ciencias sociales no son más que perversiones a la tradición dada. Por esto se da un efecto enunciativo de modernidad, pero que termina siendo apenas superficial.
La patria gamer libertaria, los comunicadores sociales, la juventu’ toda hizo masa crítica de reclamos por acceso a la tecnología, por un mercado inclusivo que permitiera actualizarse con los más modernos elementos digitales, a la vez que pedían la erradicación total y absoluta del CONICET porque una manga de depravados osaba gastar dinero público en nimiedades como la antropología, filosofía, sociología o ¡Rothbard nos libre! medicina o proyectos de urbanización y bienestar social. Les es completamente ajeno el concepto de transversalidad y divagan anacrónicamente con esferas de producción humana aisladas entre sí. Para que las ciencias exactas progresen, es menester que también lo hagan las ciencias sociales y viceversa. Ni hablar de que la economía, práctica a la que entronizan como religión casi, es una ciencia social.
Pero andá a explicárselo a Bauti, 19 años, bochado por tercera vez del CBC y sin plata para enUADEizarse, que levanta la ceja y sonríe de costado cuidando de no volcar la chocolatada al señalar que fulanita tuitea por la socialización de los medios de producción desde un IPhone, ignorando por completo que la tecnología que permite la existencia de ese IPhone fue producto de medios de producción socializados y/o administrados por el Estado.
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"Un bruto con peluquín al mando de algo que lo excede por completo" (serigrafía y acrílico sobre lienzo) |
Intrepidez e inmediatez, obrar según la opinión del momento y sin abordaje crítico para ver si se convierte en argumento. Una acción pensada es racional, y lo racional conlleva crítica. De ninguna manera se puede permitir pensamiento crítico cuando hay una verdad absoluta ya determinada por la tradición.
Esto se da de una manera particularísima en la doctrina libertaria argentina: las decisiones de alto calibre se toman en el abstracto según una teoría económica pseudocientífica que no se basa en lo empírico sino en lo axiomático. Se intenta abordar a la economía, una ciencia social, como si fuera una ciencia exacta. Luego, cuando se ven las consecuencias materiales de (por ejemplo) permitir a los oligopolios que se regulen solos porque “el mercado se sostiene mediante partes en competencia directa por brindar el mejor servicio al menor costo”, lo que deriva en un peor producto a peor precio acordando mantenerse en cierto margen entre ellos mismos para generar una demanda inelástica insufrible, saltan las conspiranoias y el fantasma del comunismo troskokirchneristamapucheiraní que DE ALGUNA manera tuvo algo que ver. Y no, no hay falopa conspirativa de fondo. Hay una simple realidad que no se sientan a razonar. Sólo actúan sobre ella sin más. Las decisiones del llano, las cotidianas, directamente son mandale cuete, papá ¿Quemarse el aguinaldo jugando cuatro cifras a la quiniela? Sí, señor ¿Votar a un aniquilador del Estado siendo empleado público? Noble proceder ¿Robarle la visera al oficial de policía en la puerta de la comisaría y darse a la fuga? Sólo así uno se siente vivo.
04) Ausencia absoluta de debate interno
Si se permite el debate, se habilitan diferentes puntos de vista, y si hay diferentes puntos de vista se da lugar a la diversidad, y ya vimos en el punto uno que lo nuevo y lo diverso les es tan repelente como la higiene personal. Así que queda canceladísimo preguntar por qué ensanchan las filas del Estado con familiares y amigos con ningún tipo de idoneidad para los cargos cuando en campaña despotricaban contra esa misma práctica. Ni hablar de la suba violenta de impuestos y aranceles cuando la reforma tributaria regresiva fue su bandera. Si cuestionás, sos traidor. Y a los traidores se los extingue.
Es también una arista de análisis que complementa el rechazo al modernismo mencionado anteriormente: el debate constante y puesta a prueba de marcos teóricos es lo que hace avanzar a la ciencia, la verdadera. Si no fuera por este procedimiento, seguiríamos dándole menesunda a los bebés para que no rompan las pelotas durante la dentición, o culpando a los miasmas telúricos de la intoxicación que sufriste y no a que la barra de Cambaceres te arrancó el medidor de gas para revoleárselo al parabrisas del patrullero que los perseguía.
05) Terror a lo diverso
Esa manía de defenestrar todo lo crítico y diverso deriva siempre en construir un otro totalmente ajeno, un intruso enemigo de toda tradición. Porque si estás adentro, no criticás. Sólo lo que está por fuera puede ser crítico y desde ahí se lo tipifica como intruso, como enemigo. El fascismo exacerba estos miedos para construir una blanqueadísima retórica racista y xenófoba apuntando a lo exterior, pero también homofóbica, transfóbica, aporofóbica (y más) apuntando a lo interior.
Con el EnzoGate relativamente tibio considero necesario mencionar que es un error abordar el problema del racismo en Argentina desde la perspectiva eurocentrista/anglosajona. Esto no quiere decir que no exista el racismo acá, simplemente que no sirven las categorías extranjeras para analizarlo. Los libertarios locales hacen un uso inteligente del marco teórico de la discriminación en disputa, sin delimitarlo a cánones históricos internacionales (afroamericanos, judíos, refugiados) sino encuadrando según un sesgo de clase aporofóbico preciso en primera instancia: el “marrón” socialista empobrecedor. Se profundiza el desprecio por mestizos criollos o de países limítrofes como Bolivia, Paraguay o Perú, quienes (siempre según su narrativa) nos invaden para quitarnos el trabajo, vivir de arriba gracias a los planes sociales y violar a nuestras mujeres. En segunda instancia, se les da entidad foránea a determinadas minorías como la comunidad LGTBQ+: en la tradición no hay lugar para esta depravación que prolifera por alguna agenda secreta internacional de ideología marxista.
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"La lesbiana que odiaba a todas las lesbianas" (serigrafía y acrílico sobre lienzo) |
La clase media no existe, pero ese facto no detiene a una grandísima parte de proletarios de creerla real. Esta tercera categoría ficticia es una de las armas discursivas más formidables que pudo haber creado el liberalismo para aplacar la mentalidad revolucionaria hacia fines del siglo XIX. Una suerte de joystick desenchufado para el pibi cuando se juntan los primos grandes, típico de la UCR cuando gobierna cualquiera.
Los fascismos capitalizan la frustración de los autopercibidos clase media luego de alguna derrota económica, política o social por algún gobierno que, según su cosmovisión, es enemigo. Las iteraciones italiana y alemana coincidieron en culpar tanto a comunistas como liberales, para luego perseguir a los primeros y sumar a los segundos a su proyecto. Foguear miedo, crear culpables discursivamente perfectos y presentarse como la única salvación posible mediante un líder carismático de corte mesiánico es un éxito rotundo.
A diferencia del desastre catastrófico de la postguerra europea, aquí bastó tan sólo un gobierno peronista subpar con un Alberto Fernández más tibio que la leche materna a la cabeza para que el discurso fascista permeara. La clase media, vapuleada por una inflación firme y una paulatina reactivación económica que no terminaba de impactar en el día a día del ciudadano de a pie, decidió votar por lo nuevo, sin los mismos de siempre. Y por “lo nuevo” me refiero al mismo plan de vaciamiento y aniquilación de clases medias que originó la brutal crisis del 2001, con los mismos de siempre. Porque, al parecer, dos tercios de los argentinos ejercitan la memoria únicamente con el Memotest y pierden cinco de cada cuatro veces.
07) El complot
Ah, la TurboEsquizoFarlopa 3000 5.3 FullHD. Esa construcción de identidad entre los puntos 1 (uno) y 5 (cinco) permite, con un montón de licencias en la continuidad lógica y el buen gusto, plantear la idea de una amenaza exterior muy organizada que debe ser enfrentada por la gente de bien unida y solidaria. Exterior con relación a lo geográfico (rimémber xenofobia) pero también a lo interior en relación a todo lo que no es parte del movimiento. Hay un asedio constante, implacable. En la década del ’20 eran los judíos, liberales y marxistas, hoy son, entre otras, las minorías que se victimizan, el feminismo y el significante vacío de “comunismo”, donde entra literalmente cualquier cosa que no comulgue con los principios fascistas, muchas veces incluso en las antípodas de lo comunista.
Según el presidente y sus esbirros, tenemos hasta ahora: la aristocracia mediática, con Juana Viale a la cabeza, opera organizadamente contra él. Sí, leíste bien: Juana Viale; los oligarcas como Marcos Peña en realidad atentan contra la moral y las buenas costumbres buscando imponer el socialismo; el comunismo está más fuerte que nunca, y en su pico histórico desde la Toma de Berlín está a punto de, y cito textualmente “exterminarnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, para apoderarse de nuestros despojos”; el Islam es el fin de occidente y su objetivo inmediato es arrasar Argentina; la comunidad LGTBQ+ lleva adelante una agenda comunista internacional para exterminarnos como sociedad y convertirnos en salvajes perversos e impenitentes; el Fondo Monetario Internacional complota junto a Sergio Massa y el Banco Macro para arruinar su gestión porque son esencialmente socialistas; los jubilados son ratas infames que sólo desean arruinar las arcas del Estado para ver el proyecto libertario destruido… Los invito a seguir buscando en redes y morir de vergüenza ajena.
08) Dicotomía de nivel de poder del adversario
Los enemigos son, a la vez, demasiado fuertes y demasiado débiles. Son demasiado fuertes y por eso el enfrentarlos es obligatorio para evitar desaparecer, lo que demanda unidad, obediencia y entrega. Son demasiado débiles cuando esto enaltece el espíritu de lo que nos representa, cuando es inevitable que van a desaparecer gracias a la unidad, la obediencia y la entrega. El efecto enunciativo es que el militante fascista sienta a la vez, admiración por el poderío del enemigo y admiración por el poderío del partido, y que sólo y únicamente a través del poderío magnífico del partido se pueda enfrentar al poderío también magnífico de ese enemigo. Galeazzo Ciano, ministro de Prensa y Propaganda del fascismo italiano, tal vez haya desarrollado con esto la primera iteración histórica del concepto Glass Cannon, demostrando que hubo hijos de puta peores en esta que los builderos de Hammerdin 20 de vida/17000 de daño en Diablo 2.
En el discurso libertario encontramos de inmediato al enemigo definitivo número 1 (uno), el comunismo implacable e imparable con camarillas internacionales que aniquilan todo lo que es bueno y noble, pero que a la vez es un sistema vetusto, ineficaz, que no funciona ni ha funcionado jamás y cuyos adeptos son todos imbéciles con facultades cognitivas inexistentes; y al enemigo definitivo número 2 (dos), la casta política feudal de poderío absoluto que maneja la vida del pueblo cuales titiriteros imbuidos de mal primigenio, pero que a la vez está absolutamente aterrorizada porque un duendecito endogámico del bosque, patizambo e hidrofóbico viene a destruirla bailando como cangrejo merquero y soñando con perros fantasmagóricos que mitigan su deseo endogámico. En tercer orden figuran un montón de hombres de paja tan, pero TAN, tipificados de las maneras más infantiles e insostenibles ante el mínimo análisis serio que parecen salidos de una ficción de Daniel Szifrón. Estos enemigos de tercer orden (que están mencionados en el punto anterior) pueden cuadrarse de una u otra forma dentro de “comunismo” y/o “casta”.
09) El conflicto es permanente
Una cosmovisión pacifista es entregarse a las fauces del enemigo. El adversario es formidable, y si no estamos continuamente en guardia y en busca de su destrucción definitiva seremos nosotros los que seremos destruidos. Esta lógica de la violencia constante (física, psicológica, simbólica, burocrática, etc) plantea el devenir de la sociedad como un conflicto permanente sin tiempo de paz, porque esa paz sólo podrá darse cuando no haya oposición al fascismo. Eco argumenta que esto sostiene una idea subyacente de Armageddon: “puesto que los enemigos deben y pueden ser derrotados, tendrá que haber una batalla final (...) y el resultado será el control mundial por parte del partido”. Esto plantea el problema de que, necesariamente, posterior al Armageddon sólo queda la paz, y un contexto pacífico contradice el fundamento del conflicto permanente, necesario para sostener el discurso fascista.
Además de los evidentes peligros de tener a un desequilibrado mental en el Poder Ejecutivo Nacional, están los menos evidentes, como por ejemplo (y de vital importancia para desarrollar este punto), la incapacidad de operar en el plano de la metáfora, ni entender las maneras del subterfugio o la diplomacia de la política. Se desvive por mantener viva la llama del conflicto como quien se desvive por mantener viva una llama dentro de un gasoducto subterráneo para que Nolan pueda filmar sin efectos especiales. En apenas siete meses agredió a Lula, Petro, López Obrador, Biden, Maduro, Boric, Xi Jinping y otros, con el mismo espíritu que un pre-adolescente enajenado escribiría “Tomás Puto” en el pizarrón del aula. Esta eterna búsqueda de roña no se limita a las relaciones internacionales, ya que en el plano nacional hace lo suyo tanto desde lo discursivo como desde lo administrativo contra disidencias sexuales, pueblos originarios, jubilados, periodistas, víctimas del Terrorismo de Estado y hasta Lali Espósito. No, en serio. Si estás leyendo esto y sos extranjero o recién te levantaste del coma después de un año, te juro que el presidente de la nación tiene como enemiga pública número uno a una cantante salida de una telenovela adolescente y no a, no sé, el CEO de Los Monos o el infame que inventó el corderoy.
10) Sin lugar para los débiles
Si no te da la nasta con s, no podés ser parte del proyecto. Y si te da, tenés que tener en claro qué lugar te corresponde, pedazo de escoria subalterna. Esto significa que si sos parte del movimiento, por defecto sos superior a quienes no lo son; pero también que dentro de la escala jerárquica, sos inferior a quienes tengan alguna cuota de poder y decisión por sobre la tuya, por más mínima que sea. Y ese que está por encima tuyo te desprecia, así como vos deberías despreciar a tus subalternos. Este es uno de los problemas más evidentes del populismo de derecha: genera una narrativa ilusoria de pertenencia popular, de lugar para todo aquél desplazado, pero la misma se sostiene con definidos roles verticalistas con la figura mesiánica como pater divino, según anacrónicos modelos aristocráticos que de populares no tienen nada.
Todo el discurso anticasta, antisecta y antiburocracia de los libertarios, pregonando darle el lugar que les corresponde a los “ciudadanos de bien” en la política, murió al momento de asumir el poder. Inmediatamente comenzaron las luchas intestinas más casta, sectarias y burocráticas que se han visto desde que falleció Balbín y los radicales tuvieron que determinar quién era más cipayo, garca, vendepatria y feo de cara para tomar su lugar (ganó Carlos Hiperinflación-Man Contín). Todos tienen que pararse de manos y demostrar constantemente que no son ningunos nenazos (lo son) apretando colegas desde Twitter como suele hacer el Gordo Dan, o revoleando navajazos con el hialurónico a flor de piel como suele hacer Caputito.
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"El espía que toca el timbre" (serigrafía y acrílico sobre lienzo) |
Esta es compleja, truculenta casi. Se instaura una idea de heroísmo como norma y no como excepción, con una fuerte connotación de sacrificio. El fascismo necesita de soldados, no alcanza con militantes o seguidores. Se construye así una especie de culto a la muerte que naturaliza tanto el “jugársela por la causa, defenderla a toda costa” que se abre el juego para diversos tipos de violencias reales, para nada simbólicas, y una total falta de empatía ante el sufrimiento ajeno ¿Menganito se comió un triple combo finisher en la cabeza por gritarle “zurdos de mierda van a correr” a un combinado de recios muchachos estalinistas practicantes de sambo? Está perfecto, no se espera menos arrojo que ese, y no se lamentan las consecuencias ¿Los amigos de Menganito fajaron luego a modo de represalia a unos jubilados aleatorios claramente comunistas por pretender cobrar sus pensiones? Así se construyen los próceres, con actos heroicos en defensa de la Patria. Dice Eco: “el héroe fascista está impaciente por morir, y en esa impaciencia (...) más a menudo consigue que mueran los demás”.
Los libertarios, en su despliegue neofascista, aprovechan estrategias más finas acordes a los tiempos actuales. Ese heroísmo de ir siempre para adelante con toda violencia sin importar qué se da primero en el espacio virtual, desde lo discursivo. En redes sociales hay una batería incansable de trolls pagos generando focos de violencia propia y legitimando la de terceros. Cualquier tipo de sanción es un atentado contra el heroísmo, la construcción de un mártir. Cuando la violencia se da desde lo simbólico, discursivo o institucional, lo que muere son carreras políticas, puestos de trabajo, organizaciones de Derechos Humanos, todo a manos de esos héroes que fueron con todo y hasta el fondo, sin importar si quedaban en el camino. Cuando la violencia supera el estrato virtual y pasa a lo físico, mueren personas reales. Disidencias en ataques homo-odiantes, farmacodependientes al quitarles la medicina, suicidas incapaces de enfrentar dicha violencia, mujeres desamparadas por el Estado ante la violencia de género, niños desnutridos por políticas con ese específico fin; todo perece y estas alimañas sólo atinan a decir: “excelente, es exactamente lo que voté”. Hay, después de todo y siempre dentro de esta lógica perversa, cierto grado de heroísmo en ser docente, empleado público o jubilado y votar a este corso de faloperos. Yo prefiero el heroísmo vieja escuela de un correntino con reuma domando a pelo a todo el puto Imperio Español. Pero bueno, como no soy un célibe involuntario adicto al Nesquik no opino.
12) Machismo
Dentro del fascismo la idea del poder está estrechamente ligada a lo sexual, y esta comunión es la que da origen al machismo. Se construye una narrativa de pericia e idoneidad superior, de fuertes y dignos (el hombre heterosexual conservador) por sobre débiles e indignos (las mujeres y disidencias sexuales). Cualquier desviación de esa relación de poder lleva al exterminio de la sociedad, el fin de los buenos valores y las costumbres sanas. Todo está en orden cuando la mujer es subalterna y las disidencias son eliminadas. La obsesión con el pene como símbolo de status y la pericia en su uso como medida del ejercicio de poder es total, llevada a tal paroxismo que por momentos uno puede llegar a pensar que quien en pan piensa, hambre tiene (?).
En plena campaña, el actual presidente, su ministra de Relaciones Exteriores y uno de sus economistas asesores hicieron pública su homofobia en el mismo programa de televisión, entrevistados por el mismo reptil (periodista no es). Vale aclarar, este periodistan’t es homosexual y le dijeron ahí nomás en su cara lo mucho que lo desprecian. Diversos exponentes de menor envergadura pero con peligrosa relevancia vienen atacando periódicamente a comunicadores y militantes del colectivo LGTBQ+ como Gabriela Ivy o Lucas Fauno. El embate contra ensambles feministas como #niUnaMenos o Actrices Argentinas es mucho más arduo hoy que en el momento de sus disruptivas presentaciones en público disputando un sentido común arraigadísimo. Todo este odio también se traduce en políticas públicas: cierre del INADI, recorte profundo en programas de asistencia para víctimas de violencia de género, la prohibición oficial de la perspectiva de género para procedimientos en organismos gubernamentales y la prohibición de contenido subversivo que pueda hacer referencia a menesteres de género y/o material LGTBQ+, y, finalmente, la contratación de presuntos femicidas y confirmados abusadores para puestos públicos y asesorías, mientras insisten en que no existe la violencia de género.
Y como Argentina es un eterno sketch de Peter Capusotto y sus Videos, todo esto sucediendo mientras el presidente recibe una medalla a la cola invicta y el pito duro, con su hermana reconociendo EN CÁMARA que nunca le falló en la cama.
13) Populismo selectivo o cualitativo
En una democracia burguesa, el pueblo impacta cuantitativamente en la política. Importa en los números a través del voto, y la política se ordena a través de las cantidades. El fascismo plantea un pueblo de carácter cualitativo: convertirse en “una masa monolítica que exprese una voluntad común (...) voluntad que traduce el jefe supremo en políticas de gobierno”.
Para el fascismo, lo republicano es un obstáculo. La división de poderes y la fluctuación política según la voluntad popular en períodos de votación atenta directamente contra la idea de nación unificada bajo la tradición y el orden. El líder puede y debe tomarse las atribuciones de interpretar a la ciudadanía como un todo uniforme y traducir sus necesidades en sus decisiones, pero estas necesidades impactan sólo en la ficción porque el líder fascista dicta a partir de sus propias necesidades y el selecto grupo al que responde y poco importa si son orgánicas con la necesidad del pueblo. En todo caso se convence al pueblo mediante propaganda y represión que esto es lo que necesita el pueblo, aunque todavía no lo entiendan.
El desarrollo de este punto en la política libertaria actual es bastante conciso: Ley de Bases y decretos para obtener facultades extraordinarias y gobernar por fuera del parlamento + políticas de ajuste brutales que aniquilan el bienestar de la gran mayoría de habitantes de este lastimado país bajo un mantra de “íbamos a colapsar y esto es lo necesario para que no suceda”. Si con el intento de designar fondos reservados a la SIDE y de eliminar el libre acceso a la información no te das cuenta, apuesto doble contra sencillo a que tus padres son hermanos. Primos, no. Hermanos.
14) Neolengua, el fin del razonamiento crítico
El fascismo promueve un léxico empobrecido. Limitar el lenguaje es limitar el instrumento fundamental de desarrollo del pensamiento crítico. El razonamiento complejo es la herramienta del enemigo, los intelectuales son saboteadores de la tradición. La educación se reduce a contenidos mínimos y frugales, y así la gente se vuelve más permeable a significantes vacíos, palabras que pueden dotarse de cualquier significado según los requerimientos de su emisor.
De menor a mayor (dependiendo de a quién se le pregunte), hoy esto va desde un stream oficialista con uno de los nepo babies más desagradables de la historia de este país gritando sinsentidos como “PAK PAK”, “TAKATÁ”, “SRACK” y “TODA” como contenido audiovisual propiamente dicho y no onomatopeyas aleatorias; hasta el plan de reforma educacional del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires eliminando todas las materias curriculares a excepción de Lengua y Literatura, Matemáticas e Inglés y convirtiendo el resto en “unidades dinámicas asincrónicas”. Un plan perfecto para que los Ramiro Marra del mundo puedan escribir un ensayo sobre la Revolución de Mayo vía ChatGPT, entregarlo para Geografía y que se lo corrija un docente de Biología con la obligación de aprobarlo o no cobrar su salario esclavista en Lecops vencidos del 2005.
Sí, estoy seguro. Esto es fascismo.
A poco más de cien años cumplidos del surgimiento del fascismo vemos cómo la historia se repite por tercera vez. Habiendo avanzado tanto la tecnología comunicacional y el acceso a la información, sumado al revisionismo histórico que recuperó la mirada crítica en pos de romper con el colonialismo del poder y reivindicar los derechos humanos, uno tiende a pensar que cómo demonios pudimos haber llegado a esto.
Fritzsche propone la siguiente teoría: los individuos no son sujetos pasivos, víctimas indefensas a la operatoria de un mal primigenio que mediante argucias los engañan para ser oprimidos. Los individuos son, para el autor, sujetos activos. En el caso de Alemania, el nazismo llegó en su momento al poder por vías democráticas porque la gente así lo quiso, no por odio y miedo, sino por esperanza y optimismo en un futuro mejor. El nazismo no surgió por el desastre geopolítico de la República de Weimar post Primera Guerra Mundial, y tampoco surgió con la crisis hiperinflacionaria de 1929. Surgió recién cuando apareció un líder carismático que señaló la impericia de la aristocracia liberal derramando sangre alemana en tierras extranjeras y el peligro de los insurgentes marxistas queriendo derramar sangre alemana fronteras adentro.
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"El magufo supremo: oda a la falta de amor y atención psicológica" (serigrafía y acrílico sobre lienzo) |
En nuestro país tenemos hoy un gobierno fascista porque más de la mitad del país votó fascismo ¿Esto los convierte en fascistas? Según Fritzsche, sí. Son responsables del voto que pusieron en la urna independientemente de cuán brutos o ignorantes sean. Podemos discutir luego cómo se generó el contexto para que más de la mitad de los argentinos creyeran genuinamente que el fascismo (aunque no lo llamaran así pero estuvieran de acuerdo con sus políticas) era la mejor alternativa posible y lo votaran con esperanza y optimismo. La excusa de lo nuevo es insuficiente porque eligieron una receta que ya fracasó varias veces en los últimos cincuenta años. Lo nuevo sería ver a la izquierda gobernando, cosa que jamás sucedió en los más de doscientos años de edad que tiene nuestra patria y, seguramente, tampoco suceda en los próximos doscientos.
Mientras exista el capitalismo, van a existir el fascismo y una batería de herramientas semióticas para sostener una hegemonía discursiva que pugne por un un laburante poniendo su corazón en una boleta para que un fascista gane la presidencia. Esas herramientas que ponen a ese laburante a defender a grandes empresas como Vicentín o a los terratenientes de la Sociedad Rural siendo que jamás va a ser un gran empresario o terrateniente. Quitarle la responsabilidad y entender al votante de un horror como sujeto pasivo engañado es un reduccionismo que no permite construir una alternativa a partir de la pregunta más importante:
¿Por qué es atractivo el fascismo?
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